En este proyecto de interiorismo, decoración y dirección de obra, nos sumergimos en el corazón de Triana para dar vida a un bar que respira la esencia del barrio.
Desde la primera idea hasta la apertura de puertas, asumimos un servicio integral de interiorismo y llave en mano, encargándonos tanto de la dirección creativa como de la ejecución de obra. El objetivo era claro: crear un espacio cálido, capaz de transmitir tradición sin renunciar a un aire renovado y actual.

El estilo elegido es clásico con guiños costumbristas, rindiendo homenaje a la identidad trianera. La cerámica, tan propia de sus talleres, aporta textura y carácter; el icónico Puente de Triana se insinúa en detalles decorativos que invitan a la conversación; y un papel pintado de flores introduce color y frescura, conectando con la alegría que se respira en las calles del barrio.

Cada elemento fue pensado para que el conjunto resultara acogedor, luminoso y vibrante. La combinación de materiales nobles, tonos cálidos y motivos locales genera un ambiente donde vecinos y visitantes se sienten en casa. El resultado es un espacio alegre y fresco, que combina el respeto por las raíces con una ejecución cuidada y funcional, pensado para durar y enamorar desde el primer café hasta la última copa de la noche.